Por Noelia Pérez (iAhorro)
La comprensión de las hipotecas no es un paseo fácil. Requiere un análisis detallado de varios componentes antes de firmar el contrato, para evitar posibles sorpresas desagradables en el futuro. Sin embargo, algo que debemos entender antes de sumergirnos en los detalles finos de una hipoteca es la cantidad de capital que necesitamos del banco. Esta cifra influirá en las características asociadas al préstamo.
Por norma general, el banco presta el 80% del coste total de la vivienda principal. En situaciones de adquisición de un segundo inmueble o compra como inversión con planes de alquiler o venta posterior, ese porcentaje puede disminuir significativamente hasta llegar al 60 o 70% del valor de la propiedad.
Es igualmente crucial el tipo de hipoteca que escogemos – ya sea este fija, variable o mixta – y el plazo de amortización. Este último se refiere al periodo de tiempo durante el que te comprometerás a pagar el préstamo al banco. Normalmente este rango de tiempo se sitúa entre los 20 y 30 años, aunque siempre existe la opción de hacerlo en un periodo más corto a través de la amortización anticipada.
Dos términos financieros que considerar: TIN y TAE
Una vez hemos asimilado estos conceptos, necesitamos centrar nuestra atención en el TIN o Tipo de Interés Nominal. Esto es algo que los solicitantes de préstamos hipotecarios deben mirar de cerca. El TIN es básicamente la tasa de interés que devengará sobre la deuda pendiente a lo largo de la duración del préstamo. Entonces, si pides al banco una hipoteca de 150.000 euros para pagar en 30 años con un TIN del 3%, deberás abonar mensualmente 632,41 euros, lo que se traduce en alrededor de 75.200 euros en intereses al final del plazo del préstamo.
Otra figura relevante que encontrarás en tu contrato de hipoteca es la TAE o Tasa Anual Equivalente. Existe cierta confusión al comparar la TAE con el TIN, pero es vital destacar que son dos elementos muy distintos. Según Simone Colombelli, director de Hipotecas de iAhorro, “la TAE es el porcentaje total que vamos a pagar por nuestro préstamo, incluye el TIN y todos los productos vinculados a la misma, como el seguro de hogar”. Por lo tanto, la TAE es definitivamente un número a tener en cuenta a la hora de comparar distintas hipotecas. Deberíamos optar por la que tenga la TAE más baja”.
Considerando nuestro ejemplo anterior, para una hipoteca de 150.000 euros a 30 años con un TIN del 3%, un seguro de hogar de 300 euros al año y un seguro de vida de 150 euros al año, la TAE se aproximaría a un 3,5%. Además del pago mensual de 632,41 euros deberías sumar con tus propios recursos la cantidad relativa a los seguros ya mencionados.
Por consiguiente, es esencial tener en cuenta todos los factores que intervienen en la conformación de una hipoteca antes de tomar una decisión. Cada detalle cuenta y podría implicar un considerable aumento de la deuda a largo plazo. Es preciso recordar que una minuciosa revisión del contrato, un estudio cuidadoso de las tasas y la asesoría profesional siempre serán imprescindibles en el proceso de buscar y contratar una hipoteca.