Crisis inmobiliaria azota a países ricos de Europa

La problemática inmobiliaria en Europa

La industria de la construcción europea ha sido severamente golpeada por numerosos factores críticos entre los que destacan: altas tasas de interés, costos crecientes, estrictas regulaciones de eficiencia energética y una burocracia cada vez más lenta, según informa Bloomberg.

Impacto en los países más ricos

Curiosamente, los países más afectados son aquellos con un alto grado de prosperidad económica. Y la crisis no solo se limita a las viviendas individuales, de hecho, también tiene un enorme impacto en grandes proyectos residenciales. Kolja Muller, codirector del gobernante Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en Frankfurt, advirtió sobre la gravedad de la situación: “Si no podemos resolver la crisis de la vivienda, es una amenaza real para nuestra democracia”.

Situación en Alemania, Reino Unido y Suecia

La vivienda asequible se ha convertido en un problema cada vez más prominente en varios países europeos:

  • Alemania: Los permisos de construcción en este país han caído en más del 27% en el primer semestre. Los costos de construcción y las tasas hipotecarias se han disparado. A pesar del compromiso del canciller Olaf Scholz de construir 400.000 nuevas viviendas al año hasta 2026, los expertos creen que esto es poco probable.
  • Reino Unido: Se espera que la construcción de viviendas disminuya en más de un 25% este año. En los últimos cinco años, aproximadamente 45.000 constructores residenciales han cerrado, y la construcción de viviendas ha estado constantemente por debajo del objetivo gubernamental de 300.000 casas al año desde 2019.
  • Suecia: El país está soportando su peor crisis desde la recesión de la década de 1990, lo que revela unas tasas de construcción inferiores a un tercio de lo que sería necesario para satisfacer la demanda. Durante los primeros 10 meses de este año, 1.145 empresas de construcción se declararon en bancarrota, un aumento del 35% con respecto a 2022.

Las protestas en Portugal

En Portugal, miles de personas salieron a la calle en abril para exigir su derecho a una vivienda digna. Las pancartas expresaban mensajes de descontento y reivindicación, como “Tanta gente sin casa y tantas casas sin gente”, “Tener casa es un derecho, no un privilegio” y “La vivienda no es un negocio”.

Las consecuencias a largo plazo de la crisis

La industria de la construcción está bajo presión para solicitar incentivos y apoyo. Sin embargo, tras la pandemia de COVID-19 y en medio de esfuerzos para controlar la inflación, muchos gobiernos no están dispuestos a gastar más. Como resultado directo, la industria está experimentando una ola de quiebras empresariales y liquidaciones que amenazan con reducir la capacidad de construcción a largo plazo.

Conclusión

El sector inmobiliario está atravesando una grave crisis en Europa, que afecta a los países más prósperos. El problema tiene múltiples facetas y caras, y abordarlo requerirá colaboración y compromiso a todos los niveles: desde los gobiernos nacionales y locales hasta las empresas de construcción, los prestamistas hipotecarios y los ciudadanos que luchan por conseguir una vivienda digna. Esta crisis muestra la necesidad de un cambio significativo y largo en las políticas y prácticas de la industria de la vivienda, a fin de garantizar la asequibilidad y disponibilidad para todos.

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