La revolución energética que se avecina en Zaragoza
La ciudad de Zaragoza se enfrenta a un desafío importante en el ámbito inmobiliario. Con el límite establecido por la normativa europea de que para 2030 todos los edificios deben tener al menos una calificación energética E, muchos propietarios se encuentran ante la urgente necesidad de reformar sus propiedades. Actualmente, se estima que alrededor del 80 por ciento de las viviendas en Zaragoza no cumplen con estos requisitos, dejando a miles de inmuebles en la cuerda floja.
¿Qué implica la calificación energética?
La calificación energética de las viviendas en España va de la A, que es la más alta, hasta la G, la cual representa la categoría con menor eficiencia. Expertos advierten que las propiedades clasificadas con una calificación G podrían afrontar serias dificultades para venderse o alquilarse a partir de 2030. Durante una jornada informativa, el Ayuntamiento de Zaragoza reveló que existen aproximadamente 197,000 viviendas con certificación baja, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de invertir en reformas.
El impacto de la normativa
Lucio de la Cruz, gerente del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza, destaca que las nuevas directrices son claras y marcan un punto de inflexión en el cumplimiento de la eficiencia energética. Sin embargo, existe incertidumbre sobre las restricciones que se aplicarán en el futuro. Por el momento, lo que se intenta es reducir el consumo de energía en los edificios más ineficientes. Esta nueva normativa tiene como objetivo impactar en un 16% de los inmuebles menos eficientes para el 2030, aumentando cada año hasta alcanzar el 100% en 2050.
Oportunidades de rehabilitación
Diego Lasaosa, socio de Certicalia, señala que las ayudas gubernamentales han incentivado la rehabilitación para mejorar la eficiencia energética. En particular, la instalación de placas solares se está volviendo cada vez más popular entre los propietarios. El Gobierno ofrece subvenciones para actividades de rehabilitación, desde el cambio de ventanas hasta la mejora del aislamiento térmico. Estas inversiones, aunque inicialmente altas, pueden resultar rentables a largo plazo, además de mejorar el confort dentro de la vivienda.
Consejos para mejorar la calificación
Una de las primeras acciones que se deben considerar es mejorar el aislamiento de fachadas y techos. La sustitución de ventanas antiguas y la implementación de sistemas de calefacción más eficientes, como la aerotermia, son pasos cruciales. Además, la instalación de tecnología domótica en la iluminación y el uso de energías renovables, como las placas solares, son elementos que contribuirán a lograr una mejor calificación energética.
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